Creado en 1689 por el comerciante Pierre de Mesures de Rauzan. Consigue su actual nombre cuando su hija Thérèse lo aporta como dote en su boda con Jacques de Pichon Longueville, barón de Longueville y presidente del Parlamento de Burdeos. En 1850 Joseph de Pichon Longueville divide su propiedad entre sus cinco hijos de una forma muy equitativa. A sus dos hijas les da 2/5 partes y a sus tres hijos el resto.

Pero la falta de descendencia hace que al final sólo hereden dos hijos: Raoul, (Barón Pichon Longueville) y Virginie, casada con Henri de Lalande. Virginie se hace cargo personalmente de su propiedad a la que añade el nombre de Comtesse de Lalande. Encarga al arquitecto bordelés Duphont una residencia inspirada en el hotel de Lalande de Burdeos, donde su marido había pasado su infancia, y así, en 1841 nace el château actual. Sigue en manos de sus herederos hasta que en el año 1925 lo compra Edouard Mialhe. Su hija May-Eliane deLencquesaing fue, desde 1978 hasta 2007, la propietaria y directora del domaine. De esa forma en más de tres siglos únicamente dos familias habían sido sus propietarios.

En 2007 la propiedad es adquirida por los propietarios de la Maison de Champagne Roederer, que a la vez poseen otros châteaux en Burdeos.

La variedad de parcelas y su peculiar composición varietal, explican la compleja personalidad de Pichon Comtesse. Los suelos son de gravas de la era cuaternaria y arcillas, con una capa ferruginosa.

 

www.pichon-lalande.com
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ficha técnica

Francia / Bordeaux / Pauillac
2018
Appellation Pauillac Contrôlée
Deuxième Cru
14.5°
75 cl.

· Cabernet Sauvignon 71%
· Merlot 23%
· Cabernet Franc 5%
· Petit Verdot 1%
40 años
10.000 cepas/ha
89 ha
Gravas de la era cuaternaria y arcillas, con una capa ferruginosa.
Manual
En cubas de acero inoxidable a temperatura controlada.
18-20 meses
Roble francés, 50% nueva
16-18°C
Corcho
Tintos Burdeos


notas de cata

Este vino tiene un color profundo y oscuro, casi negro-púrpura. Al acercarse, se necesita paciencia para descubrir sus cautivadores aromas. Se revelan notas de cerezas negras aplastadas, moras jugosas, grosellas negras maduras y un toque de pastel de chocolate. También se aprecian matices sutiles de violetas, té de rosa mosqueta, charcutería, tapenade e incienso. A medida que se desenvuelve, se perciben destellos de cuero nuevo y mineral de hierro. En boca, este vino muestra su cuerpo completo y concentrado. Las frutas negras se despliegan en capas sabrosas, creando una experiencia gustativa rica y compleja. El paladar está respaldado por una sólida columna vertebral de taninos firmes pero maduros, de grano muy fino. Además, se percibe una suave frescura de fondo que equilibra el conjunto. El final es excepcionalmente largo, desplegando un festín de minerales y dejando una impresión duradera.

puntuaciones

Robert Parker: 97+

maridaje

Carnes rojas asadas, caza de pluma, quesos maduros, platos de cerdo especiados.