La historia del Château Ducru-Beaucaillou, como la de muchos grandes Crus, se remonta a finales del siglo XVII hasta principios XVIII. En el momento de la Revolución, M. Bergeron era el propietario. M. Nathaniel Johnston, perteneciente a una célebre familia de négociants de vinos de Bordeaux compra el dominio a los Ducru-Ravez en 1866.

Los Johnston la mejoraron y ampliaron. Siempre al acecho de nuevas tecnologías se rodearon de administradores de gran competencia y de renombrados arquitectos. Los dos pabellones victorianos que franquean orgullosamente la casa principal fueron construidos en dicha época.
En 1929 el dominio fue durante 12 años propiedad de M. Desbarats-de-Burke, que la cedió a M. Francis Boire. Su hijo Jean-Eugène y su familia son actualmente los propietarios.

Los viñedos conocidos como “des beaux caillous”, se extienden en 50 hectáreas de bellas cimas redondeadas paralelas al Gironde. Un magnífico parque con árboles que siguen hasta el río. El vino es el objetivo de unos cuidados constantes y meticulosos, nada es suficiente para obtener la más alta calidad.
Ducru-Beaucaillou esta considerado por los especialistas como la quintaesencia del vino de Bordeaux y del Médoc en particular.

www.chateau-ducru-beaucaillou.com
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ficha técnica

Francia / Bordeaux / Saint Julien
2018
Appellation Saint-Julien Contrôlée
Deuxième Cru
14.5°
75 cl.

· Merlot 15%
· Cabernet Sauvignon 85%
60.000 botellas
35 años
10.000 cepas/ha
75 ha
Grava
Manual
En cubas de cemento
18-20 meses
Roble francés 100% nueva
16-18°C
Corcho
Tintos Burdeos


notas de cata

El vino muestra un color púrpura-negro muy intenso. Al olerlo, se perciben aromas extravagantes y llamativos de rama de canela, rosas marchitas, anís estrellado, hojas caídas y té de Ceilán. En su corazón, destaca el cordial de grosella negra, la compota de cereza negra, violetas, menta con chocolate y espresso, además de un toque de rocas trituradas.

En boca, el vino es cuerpo, opulento y decadentemente afrutado, con múltiples capas de fruta negra y azul, acompañadas de matices florales. Los taninos son exquisitamente maduros y de grano fino, mientras que una frescura fantástica respalda la fruta seductora y diversa. El final está lleno de flores fragantes y chispas minerales.

La producción se limita a unas 7.000 cajas de grand vin, centrándose principalmente en el área alrededor de la finca. El vino es una combinación de belleza elegante y audacia maravillosa.

puntuaciones

Robert Parker: 98

maridaje

Platos de ternera, cordero, setas.