En 1979, la Ribeira Sacra ni siquiera tenía nombre. Eran los desvencijados restos de una viticultura milenaria descuidada por el sinsentido de guerras y conflictos. Cuando Fernando Algueira descubrió por casualidad este patrimonio, él y su familia iniciaron un voluntarioso y decidido proceso de restauración. Dolio es el resultado del trabajo de recuperación desarrollado en las escarpadas colinas de Doade y Abeleda durante los últimos 40 años. Terrazas extremadamente escarpadas en un paisaje único que quedaron abandonadas tras la Guerra Civil y que se han conseguido recuperar con paciencia y dedicación desde el inicio del proyecto. Este vino es un coupage de algunas de sus variedades más autóctonas que concentra la intensa mineralidad de su terruño y la complejidad de cada uva, plantadas en sus dos dominios más emblemáticos.
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