Morand – Eau-de-Vie

La destilería Morand en Martigny es una de las más prestigiosas en la producción de aguardientes de frutas. Fundada en 1889 por el abuelo del actual propietario, se ha distinguido siempre por la alta calidad de todos sus productos y la continuidad en la destilación de frutas del valle de Valais.

Atravesado por el Ródano, el Valais es el país de los contrastes y los extremos. Es el terreno de Valais el que otorga a los aguardientes Morand esta finura y esta plenitud de aromas y sabores tan codiciados. Es el testimonio de una naturaleza sin rival, a la que Morand aporta el refinamiento de una tradición centenaria.

Cuando André Morand sacó a la luz la primera botella de “Williamine Morand”, no podía imaginar su fulgurante destino. Su golpe maestro fue, desde el principio, no ser transigente con la calidad. Todo el mundo reconocía que era un experto en el arte de destilar, pero la tradición reinante entonces era la de reunir en el alambique varias clases de peras.

Según la opinión de los entendidos, esta alianza enriquecía los aromas y sabores. André insistió en seleccionar en las mejores huertas de Valais la variedad única de la Pera William, tan dorada y tan dulce. De repente, todos estuvieron de acuerdo en juzgar a este aguardiente como el más sutil y delicado. Con una finura y una persistencia en el paladar excelentes, sus aromas presentaban un afrutado celestial.

Sin embargo, el Williamine Morand no conquistó el mundo en un día. Se ganó primero una clientela regional y después nacional. Su personalidad tan original satisfacía sin duda alguna un deseo latente, que no podían satisfacer otros aguardientes de frutos ni, con mayor rezón, los aguardientes de vino o de cereales. André Morand impregnó a sus trabajadores de su espíritu intransigente. La calidad y la madurez de los frutos eran su preocupación obsesiva. Pero él sabía también que el Valais, por su clima, la naturaleza de su suelo y su relieve, producía una clase de pera William de una muy intensa elegancia olfativa.

Los mismos factores hay que destacar en el atractivo de otros aguardientes de Morand, tales como el “Abricotine” –de albaricoque_, el “Coing”- de membrillo_o el “Framboise”- de frambuesas de montaña. La ecología de las huertas, en las que se practica un cultivo respetuoso con el medio ambiente, constituye igualmente un factor indiscutible de pureza. Se entra en “destilación” de la misma forma que se entra en religión. Morand tiene para sus productos la misma exigencia que un padre para sus hijos. La nueva generación no lo desmentirá. Esta nueva generación está para tomar el relevo con el mismo espíritu.
www.morand.ch

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