Los vinos del Ermitage poseen un rico pasado histórico.

Eran apreciadas ya en tiempos de los romano, cuando se disfrutaban (así como los vinos de Côte Rotie) bajo el nombre de "vinos de Vienne" y pasaron más tarde a ser llamados "vinos de la ladera de San Cristóbal" a causa de una capilla que lleva el nombre del santo. También se conocían  como "vinos de Tournon".

El nombre del Ermitage probablemente apareció por primera vez en el siglo XVII en memoria de Enrique Gaspar, un caballero de Stérimberg: que habiendo vuelto de las cruzadas (en el siglo XIII) y cansado de hacer la guerra, vivió como un ermitaño en una ladera que le fue cedida por Ana de Castilla, reina de España.

Allí plantó una viña. Alejandro Dumas, así como el zar Nicolás II se encuentran entre los muchos conocedores de este vino altamente apreciado.
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