El cambio, a partir de la última zona del Médoc, resulta evidente en el mapa. La ciudad alcanza aquí los bosques de pinos que se extienden, como en las landas, hasta las estribaciones vascas de los Pirineos. Los viñedos constituyen manchas, a menudo aisladas entre sí, en un terreno de densos bosques atravesados por valles fluviales poco profundos.
La comarca de Graves toma su nombre del suelo de grava y arena que, como en el Médoc, está formado por los depósitos que el Garona arrancó a las montañas del interior.
El vino de Graves fue el primer Burdeos seleccionado por su calidad y en él se invirtió dinero de gente de la ciudad, mucho antes de la apertura del relativamente remoto Médoc, a principios del siglo XVIII.

El Château Haut-Brion, también conocido por el nombre de su dueño, Pontac, fue célebre hace cien años. Ahora la ciudad ha absorbido todos los viñedos antiguos a excepción del grupo de gravas profundas de Pessac: el de Haut-Brion, el de su vecino y rival La Mission Haut-Brion, el de Les Carmes Haut-Brion, pequeño, y el más lejano que pertenecía a la antigua propiedad del obispo de Burdeos. Todos éstos son conocidos por sus ricos y sedosos vinos tintos.