Terra Remota

Terra Remota es una bodega nacida en 2006, situada en el extremo noreste de la península ibérica, en la comarca gerundense del Alt Empordà, y adscrita a la DO Empordà.

Dentro del ya distante enclave que ocupa la DO Empordà en relación al resto de España, Terra Remota es un proyecto apartado, a pesar de su relativa proximidad a las principales vías de comunicación que conducen a Francia. Un paraje solitario, entre los pequeños pueblos de Capmany y Sant Climent Sescebes, cautivador por su apariencia de lejanía respecto al resto del mundo, justifican el apelativo con que Terra Remota ha bautizado a su proyecto.

Paradójicamente, pese a lo remoto de la localización, esta zona ha estado ocupada por comunidades humanas desde tiempos remotos. Así, restos de asentamientos pertenecientes a la cultura ibérica se han documentado en la zona, lo cual da cuenta de la longevidad de la humanización en este territorio. Terra Remota ha querido hacerse eco de este hecho tomando como representación simbólica de la bodega dos símbolos atribuidos a esas primitivas ocupaciones ibéricas, incisos en algunos de los bloques de granito que se encuentran en el lugar.

En conclusión, Terra Remota es una bodega nacida con una marcada sensibilidad hacia el territorio en que se asienta y que, en consecuencia, desarrolla una fuerte vocación de integración en este territorio. Estos conceptos son la espina dorsal de la filosofía de Terra Remota, y, como se verá, rigen las actuaciones de la bodega en todos los sentidos.

La propiedad

Terra Remota es una bodega propiedad del matrimonio formado por Marc y Emma Bournazeau, de origen francés, pero con raíces españolas. En concreto, el abuelo de Emma Bournazeau era un catalán que partió a Francia tras de la Guerra Civil, instalándose en la vecina Perpiñán. Terra Remota representa para esta familia y especialmente para Claude Florensa, padre de Emma- un retorno a la tierra de origen, la recuperación de una identidad perdida y, en definitiva, una vuelta al hogar que pone fin a la nostalgia propia de cualquier proceso de exilio.

El sueño de la familia comienza a hacerse realidad en 2000, cuando adquiere en el Empordà los terrenos que hoy ocupa Terra Remota. Tras la compra de la finca, los Bournazeau se percataron de la existencia de algunos viejos pies de cepa, que revelaban la antigua dedicación al cultivo de la vid en este lugar, abandonado como consecuencia del boom turístico que vivió el Empordà en los años 60. Este hecho contribuyó a afianzar su idea de dedicar la finca a la viticultura.

Para ello la experiencia de Marc Bournazeau fue decisiva y es que su vinculación con el negocio vitivinícola no es nueva. En efecto, Marc Bournazeau ha liderado otras dos bodegas, una de ellas en su país de origen, Francia (Château Saint-Roch) y otra en Chile (Bodega Las Niñas). Este hecho tendrá una trascendencia decisiva en la configuración del proyecto y del estilo de los vinos de Terra Remota. Con Terra Remota, Marc Bournazeau ha querido verter su dilatada experiencia en el mundo del vino en el Empordà, para conseguir lo mejor de esta tierra.

La bodega

La propiedad encargó el proyecto de la bodega al estudio barcelonés de arquitectura, interiorismo y diseño de Pepe Cortés, en colaboración con el también arquitecto Nacho Ferrer.

Una serie de premisas establecidas de antemano por la propiedad condicionaron el trabajo del equipo de arquitectos, que supo transmitirlas a su proyecto con precisión y fidelidad:

- Integración en el territorio. Fruto de la sensibilidad de la propiedad por este tema. Esto condicionó la posición del edificio sobre la finca, parcialmente integrado en una suave colina. Asimismo, las cubiertas vegetales de las dos plantas del edificio contribuyen a la integración de la bodega en su entorno.

- Respeto medioambiental. Ubicada como se ha dicho en una colina situada en el margen de la finca, en un lugar marginal a nivel medioambiental. Encarada al norte, su situación contribuye al control térmico de la bodega, evitando consumos excesivos de los sistemas de climatización.

- Funcionalidad técnica. El diálogo entre Pepe Cortés, Marc Bournazeau y Pierre Vidalou (técnico de Terra Remota) fue fundamental en el proceso de construcción de la bodega de Terra Remota. El profundo conocimiento del trabajo en bodega de Marc Bournazeau dictó una serie de premisas a nivel arquitectónico que resultarán fundamentales en el quehacer de la bodega, dotándola de la máxima funcionalidad a nivel técnico.

- Contemporaneidad y diseño. La elección del arquitecto se explica también por la voluntad de conseguir un trabajo que conjugase calidad con contemporaneidad. Un concepto estético que se elabora a partir de un lenguaje actual pero a la vez que asegure su vigencia.

- Transparencia. Uno de los deseos de la propiedad es desvelarse al visitante tal como es. Así, este deseo de transparencia se hace también palpable en algunos detalles arquitectónicos de la bodega: una sala de catas junto a la sala de crianza, una recepción que es a la vez sala de juntas, etc.

VITICULTURA Y ENOLOGÍA AL SERVICIO DE LA PERSONALIDAD


Los viñedos que proveen la uva de Terra Remota se arraciman alrededor del edificio que acoge las instalaciones de elaboración. La construcción de nueva planta ha permitido que la bodega, a nivel de viabilidad técnica, sea totalmente operativa.

Los criterios que rigen las labores técnicas en Terra Remota se pueden resumir en 3 conceptos: calidad, respeto hacia la materia prima y personalización.

Obtener vinos de calidad es el objetivo de Terra Remota, razón por la cual la bodega procura aislar al máximo la uva de mayor calidad a lo largo de todo el proceso, desde la viña hasta la crianza de los vinos.

Por otra parte, convencidos de que cuanto mejor es la materia prima, menor debe ser la intervención en los procesos de elaboración y crianza, Terra Remota apuesta por la mínima intervención sobre la uva, y así reduce al mínimo cuantos procesos puedan "dañarla", para respetar al máximo su calidad original.

Por último, Terra Remota entiende la elaboración de cada vino como un proceso único y singular, irrepetible, para el cual debe actuar sin estándares, puesto que un mismo método puede no ser válido para todos los casos. En definitiva, dada la complejidad de las labores vitícolas y enológicas, Terra Remota actúa “individualizando” cada partida, cada vino, a la que trata según las especificidades que la definen.

Viticultura

Terra Remota es una finca indivisa de 40 ha, enclavada en las estribaciones de la Albera, un terreno en la falda pre pirenaica con terrenos de sauló (arena procedente de la descomposición del granito), resultado de los procesos de erosión de la sierra granítica, erosión favorecida por la tramontana. Este terreno es interesante para la viticultura, ya que no es fértil y facilita un buen drenaje. Por otra parte, otras parcelas de la finca –una mínima parte presentan un terreno de naturaleza granítica, típico de la Albera.

A lo largo de 2 años, entre 2003 y 2004, se pusieron en cultivo 23 Ha. Pese a la necesidad previa de roturación del terreno, la bodega mantuvo pequeñas zonas del boscaje autóctono (pino, encina, roble, matorral…), en su voluntad de respeto al medio ambiente que la caracteriza. Son en total 12 parcelas diferenciadas, donde se han plantado variedades y clones de baja producción. La idea ha sido mantener en parte la producción típica de la zona Empordà, por lo cual se plantó Garnacha Tinta (6 Ha.), Garnacha Blanca (1,5 Ha.) y Tempranillo (1 Ha.); aunque también se plantaron variedades mejorantes de larga tradición en Francia y probada aclimatación en el Empordà, como Syrah (6 Ha.), Cabernet Sauvignon (6 Ha.) y Chardonnay (1 Ha.). La finca cuenta además con una parcela de 0,80 Ha. de Chenin Blanc en régimen experimental.

Las cepas se han plantado a 2,25 m. entre carriles y 0,90 cm. entre cepas, lo que representa una media de 4600-4800 cepas / Ha., una alta densidad teniendo en cuenta que la media en el Empordà es de aproximadamente unas 3600 cepas / Ha. El control de producción en viticultura se efectúa para obtener unos 5000 kg/Ha, a razón de un rendimiento medio que no supera el kg. de uva por cepa.

Los secos veranos que caracterizan la zona –que registra una pluviometría anual media de unos 600 litros-, hicieron que Terra Remota decidiera instalar riego por goteo, para lo cual la finca se dotó de una balsa de recogida de aguas pluviales. Aunque por este motivo el agua disponible no es mucha, es suficiente pues el riego se utiliza de forma muy ocasional, esencialmente en los 3-4 primeros años de las cepas, cuando el aporte de agua es fundamental para evitar la mortalidad; y, posteriormente, para ayudar a la viña de forma puntual en momentos críticos de déficit.

Los procesos de cultivo se llevan a cabo en el marco de los parámetros de la “agricultura razonada” (por ejemplo, uso exclusivo de abono orgánico) y se está realizando la reconversión hacia la viticultura ecológica, proceso que culminará dentro de 3 años.

La vendimia se lleva a cabo a mano, en cajas de 12 kg., por parcelas y variedades, e incluso a menudo se separan diferentes partidas de una misma variedad de la misma parcela. Todo ello para intentar aislar las diferentes calidades y permitir la vinificación por separado.

Enología

La bodega cuenta con unas modernas instalaciones de elaboración en que se respeta el principio de gravedad. La entrada de vendimia se realiza, así, por la parte más elevada de la bodega. Aunque la selección empieza ya en viñedo, Terra Remota dispone de tabla de selección para permitir una doble selección en bodega, antes y después del despalillado, tras la cual se da paso directamente a los depósitos de fermentación, evitando expresamente el paso por bombas impulsoras de pasta, que supone un proceso agresivo que la bodega intenta evitar.

Terra Remota cuenta con depósitos de fermentación de acero inoxidable siempre llenos de diferentes volúmenes, así como también de 4 depósitos de madera de 5500 l para la fermentación de los mejores vinos. En algunos casos, la crianza de los vinos fermentados en madera se realiza en los mismos depósitos en que ha tenido lugar la fermentación.

En la sala de crianza conviven barricas de 225 litros y de 500 litros, para disponer de las máximas posibilidades y adaptar la crianza de cada vino al tipo y volumen de madera que más le conviene.
www.terraremota.com

 

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