Mas Martinet

Mas Martinet es un proyecto de vida y un sueño hecho realidad, es el fruto de la pasión de Josep Lluís Pérez y Montse Ovejero por el conocimiento, por el método…
Y es transmisión, relevo generacional, continuidad, persistencia… ida y retorno.
Josep Lluís, Montse, Sara, Núria, Adrià, Marc, Jordi, Armando, Pilar…toda la familia implicada en el proyecto, junto con un gran equipo (no por numeroso sino por su humanidad) hacen de Mas Martinet un proyecto sostenible, humano, y bebible.

En Martinet trabajan 5 viñedos, el huerto, los bancales de cereales, los olivos y los almendros, cultivan leguminosas y recuperan variedades silvestres de flores y arbustos en los viñedos para colaborar con el equilibrio de sus sistemas agrarios.
Manejan los cultivos de forma ecológica, siendo lo más respetuosos posibles con todos los procesos para obtener vinos fieles a su terruño.

Viticultura
Mas Martinet produce su propio compost, cierra ciclos devolviendo al viñedo casi todo lo extraído: raspón, pieles post-prensa, madera de poda y gracias a la cobertura vegetal recuperan las hojas de la vid, que quedan retenidas y entran en descomposición.
Añaden estiércol, té de compost y fermentado de hierbas de la zona. El azufre y el cobre han sido substituidos por suero de leche y preparado de cola de caballo para mantener el viñedo sano y equilibrado.
El calendario lunar les indica los mejores días para tratar el viñedo y el suelo, mostrando día a día el respeto a su tierra.

Suelos
Llicorella es el nombre que recibe el suelo pizarroso característico del Priorat. Confiere a los vinos mineralidad, estructura, raza, frescor, persistencia; en definitiva, tipicidad. En cada viñedo, la estructura, textura y composición mineral de la llicorella son distintas en matices y por ello, a través de los vinos de finca, se empeñan en mostrar el terruño particular de cada uno de sus viñedos.

Elaboración
Se vendimia cada parcela en el momento en que la expresión de añada y de finca es más evidente. Los vinos fermentan, con sus propias levaduras, en tinas de madera o cemento o en barricas abiertas de 26 a 35 días. Se llevan a cabo bazuqueos espaciados cada 2 o 3 días, y se guían por los sentidos y por el calendario lunar para prensar, trasegar y embotellar. Cada parcela sigue su propio ritmo hasta llegar a botella.
www.masmartinet.com

 

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