Delamain – Cognac

La vocación artesanal y el perfeccionismo son las señas de identidad de Delamain.

Desde 1759, cuando James Delamain llegó a Cognac procedente de Irlanda para asociarse con su suegro, Jean-Isaac Ranson, Delamain se ha mantenido fiel a los mismos principios cualitativos, resumidos en una frase que en esta casa representa una máxima: "La expresión más pura del terroir da origen a los mejores grandes cognacs". Profundamente enraizada en la tradición de Cognac, la familia propietaria de Delamain –que cuenta entre sus miembros a personalidades tan notables como Robert Delamain, autor de La historia de Cognac, libro de referencia para los amantes de esta bebida– siempre ha controlado exhaustivamente todos los procesos relacionados con la producción, desde la compra directa de los aguardientes a los destiladores artesanos –en una larga relación de confianza que le permite el acceso a los mejores terroirs de Grande Champagne– hasta la crianza, mezcla y reducción, lo que ha asegurado la continuidad y la homogeneidad de sus reservas.

Los actuales responsables de Delamain –Patrick Peyrelongue y Charles Braastad, herederos del fundador– mantienen rigurosamente los métodos artesanales, consecuentes con la búsqueda de la excelencia para elaborar cognacs de expresión pura y auténtica.

Delamain está especializada en el añejamiento de cognacs de la mayor calidad, procedentes del preciado cru de Grande Champagne, donde los proveedores de la casa destilan los vinos e inician la crianza siguiendo las indicaciones de la casa.

El método Delamain

Fiel a la tradición, Delamain elabora sus cognacs siguiendo procesos rigurosamente artesanales:
La Selección:
La casa se provee de pequeños productores artesanos asentados en Grande Champagne. La selección se realiza tras una meticulosa degustación, priorizando la calidad y la expresión de los micro-terroirs.
Crianza:
Los cognacs de Delamain se crían exclusivamente en roux, viejos toneles de roble de 350 litros, lo que exige prolongar el envejecimiento por encima de la media habitual.
Bodega:
Las antiguas naves de la propiedad, en la ribera del Charente, atesoran las condiciones higrométricas ideales para la crianza.
Ensamblaje:
Tras la crianza, solo se mezclan cognacs de edad similar, ya que la calidad de un aguardiente viejo puede verse mermada por la presencia de uno más joven.
Reposo:
La mezcla final permanece dos años más en barricas viejas para que el conjunto alcance una armonía perfecta.
Reducción:
Es un proceso delicado que exige las mayores precauciones: los faibles (viejos cognacs reducidos a 15º de alcohol) se introducen lentamente, por fases, para preservar la integridad del producto final, que posteriormente se filtra y embotella.
Presentación:
Las botellas se envinan con cognac antes del embotellado y el etiquetado y sellado con cera se realiza a mano, con un exhaustivo control de calidad.

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